En los últimos meses, Bitcoin ha demostrado una notable resiliencia en su valor tras el halving de abril del año pasado, incrementando aproximadamente un 16% hasta marzo, mientras que Ethereum ha experimentado una caída cercana al 50%. Este contraste en su desempeño post-halving pone de relieve la volatilidad inherente del mercado de criptomonedas y subraya la importancia de un análisis cuidadoso al momento de decidir entre estas dos criptodivisas. La actualización Merge de Ethereum, que introdujo el mecanismo Proof of Stake, continúa siendo un punto focal para los inversores interesados en la sostenibilidad y la innovación tecnológica. Sin embargo, el reciente comportamiento del mercado sugiere que los inversores deben estar preparados para navegar en un entorno dinámico y cambiante. Esta situación plantea una pregunta crucial: ¿cuál de las dos criptomonedas ofrece una mejor propuesta de valor en el contexto actual? Mantenerse informado sobre estas tendencias es esencial para tomar decisiones de inversión fundamentadas.
A pesar de que la caída de precio de Bitcoin, la criptomoneda más importante, haya provocado la caída del resto de criptomonedas que siguen su evolución, esta bajada de precios ha suscitado el interés de inversores listos para apostar por posibles tendencias alcistas.
La caída de Bitcoin se llevó consigo al resto criptomonedas por ser el referente y termómetro del conjunto de criptoactivos, es decir, los movimientos de esta moneda digital condicionan fuertemente la tendencia del resto.
Asimismo, el sector de las criptomonedas está fuertemente vinculado al segmento tecnológico, el cual ha sufrido las consecuencias de la crisis económica internacional, registrando en los últimos meses fuertes bajadas.
También Ethereum (ETH), el eterno segundo y antagonista de Bitcoin (BTC), está atravesando una serie de fases a la baja y una comparativa entre las dos criptomonedas podría arrojar luz sobre cómo y dónde invertir en criptomonedas.
Al comparar Ethereum y Bitcoin veremos cómo ambos sistemas, aparentemente similares, se basan en tecnologías diferentes y se concibieron con objetivos distintos.
Comparativa entre Bitcoin y Ethereum
Durante los meses pasados, tanto Bitcoin como Ethereum han registrado fuertes caídas de precio, aunque no faltaron periodos alcistas en los que Bitcoin parecía retomar su camino hacia los máximos alcanzados en noviembre de 2021.
Según las previsiones de los analistas expertos no se puede excluir la posibilidad de volver a ver tanto a BTC como a ETH nuevamente al alza, pero antes de decidir en cuál de las dos invertir, es importante comparar a Bitcoin con Ethereum.
Bitcoin es considerado el precursor de las criptomonedas, nació en 2009 como proyecto de finanzas descentralizadas, un modelo alternativo que tiene como objetivo sustituir al tradicional sistema bancario.
Ethereum, en cambio, nace con la misión de permitir el uso de contratos inteligentes (smart contracts), un tipo particular de contrato capaz de crear, verificar y firmar automáticamente un acuerdo entre partes, sin necesidad de intermediarios.
Aunque BTC y ETH funcionen en sistemas que derivan de la misma tecnología blockchain, Ethereum es un proyecto mucho más evolucionado respecto al anticuado Bitcoin.
Esto es una gran diferencia de cara a la ejecución de transacciones y una serie ventajas en cuanto a la sostenibilidad, accesibilidad y velocidad en favor de Ethereum, cuyo valor, no obstante, cayó un 55% respecto al año pasado.
La caída de Bitcoin y el Merge de Ethereum

Hoy en día, el valor de BTC es mucho más accesible (está alrededor de los 18 mil euros) si se le compara con los máximos alcanzados por Bitcoin a finales de 2021: 69 mil euros.
Más contenida es la diferencia de precio de Ethereum que, después de haber rozado los 2 mil euros, bajó a 1500€.
Una diferencia de precio entre ambas que hoy por hoy es muy alta, pero que en el futuro podría reducirse teniendo en cuenta que Ethereum está dirigiéndose hacia un proyecto más innovador y sostenible.
Para ser más específicos, ambas criptomonedas usan diferentes tecnologías. Mientras que Bitcoin sigue utilizando el sistema Proof of Work, Ethereum pasó al Proof of Stake.
Respecto al altamente contaminante POW que requiere de 138 teravatios-hora, el equivalente a 114 millones de toneladas de dióxido de carbono emitido, el nuevo sistema POS que se integró a Ethereum reduce en un 99,95% sus emisiones.
La actualización de Ethereum, denominada Merge (fusión), se concluyó el día 15 de septiembre y no debería excluirse la posibilidad de que se reduzca la diferencia de precio con BTC, gracias al lanzamiento de este nuevo sistema Proof of Stake.
Comparando a Bitcoin con Ethereum, y teniendo en cuenta las críticas que ha sufrido BTC por la contaminación que emite su sistema y los objetivos ecosostenibles de ETH, podría ser económicamente interesante comprar en Ethereum (ETH) en vista de una posible subida.
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En el dinámico mundo de las criptomonedas, la elección entre Bitcoin y Ethereum no es sencilla y depende de múltiples factores. Bitcoin, con su enfoque en la seguridad y descentralización mediante _Proof of Work_, sigue siendo el referente del mercado. Sin embargo, su impacto ambiental y la falta de innovación reciente lo colocan en una posición menos favorable frente a Ethereum. Esta última ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad con su transición a _Proof of Stake_, reduciendo su huella de carbono y potenciando su atractivo para los inversores conscientes del medio ambiente. La actualización _Merge_ de Ethereum no solo mejora su eficiencia energética, sino que también refuerza su potencial para aplicaciones descentralizadas, posicionándola como una opción viable para el futuro del _blockchain_. No obstante, el panorama cripto es volátil y cada opción tiene sus riesgos inherentes. Por ello, los inversores deben considerar cuidadosamente los aspectos tecnológicos, ambientales y económicos antes de tomar decisiones. Mantenerse informado sobre las tendencias y desarrollos futuros será crucial para aprovechar las oportunidades que ofrezca este sector en constante evolución. Al final, la estrategia de inversión más acertada será aquella que mejor se alinee con los objetivos y valores de cada individuo.